Subes y desde el hueco de la escalera nuestras miradas se cruzan en un vayven. Estoy arriba, esperando(te). Sólo queda un escalón para llegar a mi cima. Aún no me ha tocado pero ya soy tan suya...
Ya llegas, y te atreves a mirarme con esos ojos cían que dios te ha dado y ha sonreír como si ocurriera algo gracioso. Estoy enamorada y a mi no me entran tantas ganas de sonreír.
¡Encima me besas!
(Ahora sí, soy tan feliz...)
Sólo han pasado dos horas y la guerra de tus caricias y mis lamentos, incluso por haberte llamado, comienzan sus escenas.
Yo te odio, tú me besas..., yo te quiero, y tú sólo me deseas...
Me hablas de paciencia y sin demasiadas despedidas te marchas. Y yo me quedo mirando el horizonte de la estantería de mi habitación buscando respuesta entre los libros que la visten, entonces pienso y suspiro, con ojos brillantes. Entiendo que lo mejor que hiciste fue salir por esa puerta. Esa que no debiste cruzar jamás.
No han pasado ni quince minutos, me planteo si yo tengo la culpa.
Sobretodo, si estuve a la altura...
Me arrepiento...
Un arrepentimiento sin sentido, (por suerte, soy consciente) (o eso creo)
Lo cierto es que te llamo,
y sólo han pasado 3 días desde aquella noche.
Soy estúpida, otra vez he vuelto a serlo.
Y tiene pinta de que lo seré miles de veces más...
Quizá,
será que te quiero...
Ya llegas, y te atreves a mirarme con esos ojos cían que dios te ha dado y ha sonreír como si ocurriera algo gracioso. Estoy enamorada y a mi no me entran tantas ganas de sonreír.
¡Encima me besas!
(Ahora sí, soy tan feliz...)
Sólo han pasado dos horas y la guerra de tus caricias y mis lamentos, incluso por haberte llamado, comienzan sus escenas.
Yo te odio, tú me besas..., yo te quiero, y tú sólo me deseas...
Me hablas de paciencia y sin demasiadas despedidas te marchas. Y yo me quedo mirando el horizonte de la estantería de mi habitación buscando respuesta entre los libros que la visten, entonces pienso y suspiro, con ojos brillantes. Entiendo que lo mejor que hiciste fue salir por esa puerta. Esa que no debiste cruzar jamás.
No han pasado ni quince minutos, me planteo si yo tengo la culpa.
Sobretodo, si estuve a la altura...
Me arrepiento...
Un arrepentimiento sin sentido, (por suerte, soy consciente) (o eso creo)
Lo cierto es que te llamo,
y sólo han pasado 3 días desde aquella noche.
Soy estúpida, otra vez he vuelto a serlo.
Y tiene pinta de que lo seré miles de veces más...
Quizá,
será que te quiero...
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