domingo, 28 de julio de 2013

Me apetece sonreír, me apetece estar alegre, tan alegre como el que se cansa de estar triste

Tiene que haber alguien que ejerza la acción del verbo amar tanto en los días, como en las noches, alguien que no se canse de hablarte cuando estés lejos porque sabrá que tus palabras le dan el aire.

Tiene que haber alguien que entienda cada una de tus lagrimas y las que no sólo procuré abrazarlas y esperar a que llegue la calma. Alguien que te deje dormir 8 horas seguidas, que no permita que pases noches en vela, alguien con quien no tengas que negociar horarios, ni si quiera perdones, alguien al que no le tiemblen los dedos si desea escribirte una carta de amor.

Tiene que haber alguien que convierta la prioridad de su vida en hacerte feliz, alguien que no cuente mentiras con doble de azúcar para no morirte de pena.

Tiene que haber alguien que necesite escuchar tu sonrisa al final del día y no pase mas de tres días sin una fotografía, alguien que sea la mitad de tu sombra, alguien que te diga las palabras perfectas antes de hibernar veinticuatro días sin verle, alguien que te haga olvidarlo todo cuando sabes que sólo te quedan unos minutos de aguante.

Tiene que haber alguien al que no le importe el pasado, si tu eres su presente y te elige como el futuro de su vida. 

Alguien que te quiera con MAYÚSCULAS. 
Alguien que te incluya en todos sus principios y todos sus finales.





"Conoceré a alguien que me quiera con toda su alma
los trescientos sesenta y cinco días del año"
Estaba en quinto o sexto de primaria cuando lo decidí.

                                              Tokio Blues


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