jueves, 21 de noviembre de 2013

Se me están enfriando los dedos por tocarte y no sentirme, se me están enfriando los besos que no me diste cuando tanto los necesitaba y se me está enfriando el corazón, ese que ya ni siente ni padece cuando le haces daño. Y tú me hablas de sonrisas que se mezclan entre lágrimas, esas que ya se caen solas sin que apures demasiado las palabras. Me vienen a la mente cientos de recuerdos, de momentos, de lugares, pero que son eso…sólo recuerdos. Antes no nos hubiera imaginado solos, pero ahora nos veo tan separados que hasta duele la distancia de tenerte a un metro y saber que no te siento. Quizás te plantees como hubiera sido la vida a mi lado y es por eso que decidiste volver, y ahora pretendes echarle el valor que hasta entonces te había faltado, analizando que no te imaginas sin mí. La restauración del todo, sabes que es un camino difícil de resolver, porque el daño acumulado no hay besos que lo borren tan fácil, ni el esfuerzo y el detalle diario. Ahora finge que has tenido suficiente tiempo ya sin mí y repítete cada día lo que me echas de menos y entonces quizás, algún día o desde algún sueño sepas porque no puedo perdonarte y porque yo ya veo mi vida sin ti.

lunes, 18 de noviembre de 2013

Tú me haces sentir...


Me siento tranquila en sus palabras y en las sonrisas que al leerlas forman mis labios; esos que ya estaban demasiado tiempo en la obsesión de la tristeza. Una tristeza fiel y compañera en cada uno de mis viajes, recorriendo juntas cada esquina y cada rincón. Y noches egoístas en las que se ubicaba a mi lado introduciéndose en mis libros al ritmo de un presente ya sin futuro.

Me siento feliz en sus palabras y en la emoción que me transmiten. La emoción de algo con olor a nuevo y con ansias de aprender a volar. Si algo he aprendido es que el amor no se define, sólo se mide por cantidades de carcajadas diarias. Y por suspiros de pasión mientras voy descubriendo cada uno de tus secretos.

Me siento entusiasmada pensado en que pueda pasar y me siento con ganas de arriesgar en algo que me transmite una buena señal. Si algo he aprendido del amor, es que llega cuando menos lo estás buscando y te agarra tan fuerte que es casi imposible liberarnos.

Me siento con ganas de arriesgar aun sabiendo del miedo. Porque si algo he aprendido del amor es que a veces duele aunque sólo sea cuando dejas que este te haga daño...


jueves, 7 de noviembre de 2013

¡Qué bonito!


Qué bonito es llegar cuando sabes que hay alguien que te espera, y que te dice ven. Y qué bonito es que cuando llegues, sientas que ese es el sitio donde realmente quieres estar.

Qué bonito es mirar a alguien a los ojos y saber, sin lugar a dudas, que es él. Y qué bonito es que te abrace por sorpresa, sin esperarlo y te susurre que todo va ir bien.


Qué bonito es esperar nerviosa su ausencia cuando no está. Y qué bonito es que llegue y sólo él sepa tranquilizarte cuando no dejas de temblar.



Qué bonito es que sepa que a ti te encanta y que prefiera no decirlo por si desaparece la magia. Y qué bonito es que te quiera sin necesidad de decir esas palabras.

Qué bonito es que alguien te ilusione y te de las fuerzas suficientes para enfrentarte a todos los comos de la vida. Y qué bonito es que él se ilusione también, justo a la vez.

Qué bonito es saber que ese alguien es algo tuyo y que aunque no sepas como, ni cuando, ni porque apareció en tu vida, te transmita ese algo que te haga saber que pase lo que pase, jamás se va marchar.