lunes, 10 de noviembre de 2014

Yo te echaré de menos

Llegaste a mi vida de la nada y con la nada es como me quedado con tu partida. Porque me guste o no, te has ido, y esta vez ha sido de verás.
Y no he podido hacer nada para evitarlo.
Se dice que las despedidas son tristes pero yo la volví a ver, después de casi dos meses he vuelto a ver tu sonrisa, esa que esconde la magia de quien sonríe muy poco y que cuando lo hace es melodía. Vi tu sonrisa de chico despierto, que sueña durmiendo porque no cree que la vida sea cosa del destino. Aunque los dos sabemos que no fuimos pura casualidad y que llegaste justo a mi vida cuando más te necesitaba y te quedaste.
Te has quedado por poco tiempo, pero lo poco quedará grabado a fuego lento.
El lo tenía todo.
Con que grandeza se dicen estas palabras.
Como si fuera poco tenerlo todo.
Y juntos completábamos la chispa que faltaba en nuestras vidas, para aprender a caminar solos.
Ahora quisiera decirte tantas cosas, que ya de nada sirven las palabras. Recordarte que no olvides cada abrazo, cada beso, cada lágrima, también las de alegría y también cada sonrisa.
Estas historias que retendré en mi mente de por vida para sentir que aún estas aquí y nunca te fuiste.
Y yo me hubiera quedado.
Y yo te echaré de menos.
Y yo...

jueves, 23 de octubre de 2014

Cuando alguien decide marcharse de tu vida y lo hace con prisa y sin pausa es porque no tuvo claro nunca que tú eras su mejor sitio y el rincón más bonito donde quedarse.

Es costumbre ya que en las peores circunstancias la gente se marche, se vaya, se aleje, no luche..., pero más costumbre es, marcharse siendo la víctima. La victima de esa historia de dos. Y digo de dos, porque cuando se apagaban las luces en la noche y se abrían las persianas en la mañana erais dos los que ocupabais la cama, los que os abrazabais, y os mirabais, os besabais...e incluso a veces os amabais. Y erais dos los que planeabais, soñabais despiertos, y destrozabais juntos esos sueños. También erais dos los que nunca lograsteis poneros de acuerdo, ni os escuchabais y sólo os gritabais. Incluso seguíais siendo dos cuando perdíais la paciencia y os dejabais. Incluso ahí, seguíais siendo dos.

El problema viene cuando nos empeñamos en echarle la culpa a alguien. Cuando no tienes bastante con una despedida y quieres un adiós desastroso. Un adiós que sabes que acabará pasándote factura el mismo día que te des cuenta que dejaste ir a la persona que más te quería porque nunca supiste que erais dos. Los mismos dos que sin comerlo ni beberlo rompisteis eso que presumíais tener.


Quizás el día que dejes de sentirte inmune, te eches de menos y la eches de menos. Igual de menos que te echó ella cada día, sin remedio y muchas esperanzas perdidas.


martes, 23 de septiembre de 2014

Y regar las flores con lágrimas

Hoy el tiempo ha dejado de ir tan deprisa, ya no corre. Suena la canción más triste del grupo que sólo canta cuando el día esta color gris y me duelen los ojos que me piden a gritos que no llore más. Estos meses han pasado igual de rápidos que pasa el viento y no sé si han sido los más felices o los más tristes de nuestras vidas. Ojalá que flotemos a la superficie pronto porque bajo el mar no se puede vivir durante mucho tiempo, o moriremos ahogados. Igual de ahogado que se ha quedado nuestro amor por no cuidarlo.

Ha empezado una guerra sin armas que tenemos que librar, por mi parte la batalla de olvidarte y seguir sola como el Sol que sale cada día. Que aun estando solo y alejado de la luna nunca ha dejado de brillar. Mirar hacia atrás ni para tomar aire, y no es porque no quiera girarme, es porque sé que si me vuelvo para mirarte no podré marcharme jamás.
El amor son sonrisas. Sonrisas como las que tuvimos con la misma prisa que las perdimos. Y aún así te quiero.


viernes, 23 de mayo de 2014

Guárdate los sentimientos en una caja y decide sacarlos sólo cuando las ocasiones lo merezcan, guárdate demostrar todas tus ilusiones para quien verdaderamente sepa ilusionarse y guárdate tus mejores besos porque no todos los labios se merecen ser besados.
Guárdate tus promesas para aquellos que sólo estén dispuestos a prometerse a cumplirlas contigo, guárdate cada suspiro de tristeza porque no todas las personas lograran entenderlos, ni nosotros estamos preparados para explicarlos y guárdate el impulso de cada abrazo, porque no todos son capaces de apreciarlos como un gran regalo.

...Dicen que extrañar algo es sentir su ausencia, pero lo cierto es que no es más que extrañarte a ti mismo. Lo que extrañamos sólo nos brinda la oportunidad de encontrarnos porque cuando algo no está uno sólo se siente realmente extraño.



Ahora

Ahora imagina que me llamas y respondo y conseguimos entendernos. Que resucitan las palabras que ya no sabíamos decirnos y que llegamos a un consenso, Como si fuéramos la escala de colores complementarios.

Ahora imaginemos que nuestro amor vuelve a estar de moda, que aunque no seamos pareja de revista nuestra ilusión sea fotografiar momentos y publicar que nos queremos con instantáneas.

Ahora cierra los ojos y piensa por un momento que nos pertenecemos, que realmente nos necesitamos, que no podemos vivir el uno sin el otro y lo demostramos. (Nos lo demostremos).


Ahora acurrucarte, estruja la almohada y échame de menos, como yo hago...

Ahora despierta y vuelve a buscarme.

No sé si sabes que sigues durmiendo y yo despierta, pero soñando…



viernes, 16 de mayo de 2014

Yo

He tropezado contigo tropecientas veces, he caminado con cuidado para no caer de nuevo, hasta he susurrado al viento que me enseñe el camino hasta llegar a ti. Incluso a veces he mirado a las estrellas buscando la respuesta a lo que sientes. Sabes… el otro día soñé contigo, y fue un sueño para no despertarse, era un sueño maravilloso, éramos felices.

He luchado por aprender el vocabulario de la magia y así poder hablarte y aun así he vuelto a equivocarme. He vuelto a provocar, a despertar el huracán que llevas dentro. He vuelto a darme de morros contra ti. Y he vuelto a fallarte. (He vuelto a fallarme).

Yo no sabía que existían los amores incompatibles. Tenía entendido que cuando se quiere no existe el no puedo, y existe sólo el deseo de amarse.

Yo no sabía que queriendo demasiado se cometían errores, ya casi tenía olvidada mi mala suerte.

Y es ahora cuando te analizas y te escuchas, y te entiendes. Te entiendes porque te conoces y sabes que necesitas el apoyo innegable de quien se quiere. Sabes que nunca fuiste lo suficiente fuerte para sobrevivir sola, y ahora lo necesitabas a él. Lo elegiste porque sabías que era especial.
Ojala algún día el sepa lo especial que tú también eras.
Y lo mucho que lo quisiste.


Tengo miedo

Crees que sabes de lo que hablo por tus años de experiencia y que entiendes su significado porque has vivido como mínimo dos años fuera de tu casa. Incluso si te preguntaran te atreverías a definirlo. Pero eso después de mirar al cielo, con aires de francés, y tomándote unos segundos. A veces hasta me has dicho que lo conoces más que yo, que te lo presentaron y yo aún ni lo conocía de vista. Que nunca he pasado por un mal trago verdadero, ni he tenido problemas aparentes que me hagan sentirlo. El otro día llegaste a mosquearte, a gritarme, y a decirme, y tú que sabrás lo que es miedo…

Y puede que tengas razón, que quizás no sepa exactamente definirlo. Pero hay momentos en los que lloro y no lo entiendo, hay momentos en los que me siento sola y no lo entiendo, y hay momentos que me aterra el futuro y sabes…tampoco lo entiendo…

Quizás tengas razón… y yo aún no sepa que es tenerlo.

Pero tengo miedo de decir que tengo miedo…sin aún conocerlo.



viernes, 11 de abril de 2014

Tenía ganas de volver a leerme, tenía ganas de volver a escucharme

Lo sabes, sabes que ha llegado ese punto en el que necesitas tomar ese aire, que llevas demasiado tiempo conformándote con respirar de tus propios suspiros. Sientes que eres agua que se evapora, que ya has tocado el punto máximo de ebullición y que te has convertido en eso que has odiado siempre. Ser esa masa heterogénea entre la gente, compuesta por millones de torpezas. Que aunque ahora no te gusten han estado ahí, incubándose en cada uno de tus días. Sabes que no hay mayor recuerdo que todas tus propias experiencias vividas y que no hay mejor aprendizaje que el volver a equivocarse. El problema es cuando (no) sabes que ha llegado la hora de empezar de nuevo y sigues sin remedio. Has desaparecido, te has ido, te fuiste porque querías encontrarte a ti mismo. Llevas toda una vida buscándote y encontrándote sólo entre los brazos de otras gentes. Te prometiste no volver a equivocarte y joder, que rabia. Porque tu mismo lo sabes, volviste a fallar. Ha volver a equivocarte.

Yo sólo tenía ganas de volver a leerme, tenía ganas de volver a escucharme...



martes, 11 de febrero de 2014

Ganador o vencido

En el amor no se si sabes qué gana el mejor...
Que hay amores evitables que se construyen de besos inevitables que nos empeñamos y encontramos.
Que también hay abrazos que son necesarios y no damos, y los que si damos, sirven para estrujamos de forma inesperada. A veces saben tanto a necesidad y tampoco ha regalo...

Que hay frases agudas que no decimos porque suenan cursis pero en cambio, repetimos miles de palabras graves con todas nuestras fuerzas sin pensar ni un poco en las consecuencias.
Que hay impulsos a la sonrisa que apagamos y miradas de tristeza que no evitamos.
Que tampoco decimos te quiero porque se da por hecho que ya se sabe, y lo que no sabemos es que esas dos palabras no se gastan y resulta que el darlo por hecho no siempre basta.
Que a veces tampoco nos miramos a los ojos, ni jugamos a ser desconocidos que se están buscando. Que nos cruzaramos bonito aquella vez no asegura habernos encontrado de por vida.
Que nos hemos acostumbrado a que uno de los dos quiera más, siempre en intervalos, con lo bonito que debe ser quererse a la par, sin ser interesado.
También nos duele la palabra tarde después de haberlo intentado. Pero más duele qué ya no le busques porque le has olvidado. O ese que nunca va a encontrarte porque nunca antes te había buscado.
Que estamos acostumbrados a esperar caricias que no damos y cuando las recibimos somos tan egoístas que no las valoramos.
Que jugamos con el amor como si libráramos la batalla más dura de nuestra vida, y nos damos por vencidos sin saber que habíamos ganado
Que esta vez, el ganador no es el más querido,
sino precisamente tú, que has querido. (Que te querido/que me has querido)


Porque en el amor, aún no se si sabes amigo 
que sólo quien ama, es quien ha vencido.