He tropezado contigo tropecientas veces, he caminado con cuidado para no caer de nuevo, hasta he susurrado al viento que me enseñe el camino hasta llegar a ti. Incluso a veces he mirado a las estrellas buscando la respuesta a lo que sientes. Sabes… el otro día soñé contigo, y fue un sueño para no despertarse, era un sueño maravilloso, éramos felices.
He luchado por aprender el vocabulario de la magia y así poder hablarte y aun así he vuelto a equivocarme. He vuelto a provocar, a despertar el huracán que llevas dentro. He vuelto a darme de morros contra ti. Y he vuelto a fallarte. (He vuelto a fallarme).
Yo no sabía que existían los amores incompatibles. Tenía entendido que cuando se quiere no existe el no puedo, y existe sólo el deseo de amarse.
Yo no sabía que queriendo demasiado se cometían errores, ya casi tenía olvidada mi mala suerte.
Y es ahora cuando te analizas y te escuchas, y te entiendes. Te entiendes porque te conoces y sabes que necesitas el apoyo innegable de quien se quiere. Sabes que nunca fuiste lo suficiente fuerte para sobrevivir sola, y ahora lo necesitabas a él. Lo elegiste porque sabías que era especial.
Ojala algún día el sepa lo especial que tú también eras.
Y lo mucho que lo quisiste.
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