En el amor no se si sabes qué gana el mejor...
Que hay amores evitables que se construyen de besos inevitables que nos empeñamos y encontramos.
Que también hay abrazos que son necesarios y no damos, y los que si damos, sirven para estrujamos de forma inesperada. A veces saben tanto a necesidad y tampoco ha regalo...
Que hay frases agudas que no decimos porque suenan cursis pero en cambio, repetimos miles de palabras graves con todas nuestras fuerzas sin pensar ni un poco en las consecuencias.
Que hay impulsos a la sonrisa que apagamos y miradas de tristeza que no evitamos.
Que tampoco decimos te quiero porque se da por hecho que ya se sabe, y lo que no sabemos es que esas dos palabras no se gastan y resulta que el darlo por hecho no siempre basta.
Que a veces tampoco nos miramos a los ojos, ni jugamos a ser desconocidos que se están buscando. Que nos cruzaramos bonito aquella vez no asegura habernos encontrado de por vida.
Que nos hemos acostumbrado a que uno de los dos quiera más, siempre en intervalos, con lo bonito que debe ser quererse a la par, sin ser interesado.
También nos duele la palabra tarde después de haberlo intentado. Pero más duele qué ya no le busques porque le has olvidado. O ese que nunca va a encontrarte porque nunca antes te había buscado.
Que estamos acostumbrados a esperar caricias que no damos y cuando las recibimos somos tan egoístas que no las valoramos.
Que jugamos con el amor como si libráramos la batalla más dura de nuestra vida, y nos damos por vencidos sin saber que habíamos ganado
Que esta vez, el ganador no es el más querido,
sino precisamente tú, que has querido. (Que te querido/que me has querido)
Porque en el amor, aún no se si sabes amigo
que sólo quien ama, es quien ha vencido.
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